¡Emigrad, emigrad!

Metro de Madrid 1965

Metro de Madrid 1965

Este país no tiene solución. Y mi abuelo lo sabía. Vivió la monarquía, vivió la república, vivió la guerra, vivió la dictadura y murió en la primavera del 75, unos meses antes que el dictador. El que lo dejó todo atado y bien atado. Muchos de sus amigos, como Manuel de Falla, emigraron. A otros, como García Lorca, los mataron. Él tuvo suerte, ni lo uno ni lo otro. Tampoco mataron a mi abuela, que según me han contado estaba en una lista porque daba clases de música y piano en un colegio religioso de Almería.

Mi abuela era de misa diaria, mi abuelo anti-clerical. Pero estaban enamorados, incluso de viejos seguían enamorados. Murieron enamorados.

Guerra y postguerra. Dictadura. Odio cruzado. Y en medio, gente tolerante que jamás cogió un fusil, que jamás mató una mosca, que jamás robó ni se enriqueció a costa de nadie. Que solo quería continuar viviendo, aprendiendo, estudiando, compartiendo.

Mi abuelo maldecía en hebreo y en arameo, y opinaba que a Franco había que trasladarlo en avioneta y soltarlo en el «Sáhara español» (esto último lo pronunciaba con mucha sorna), y al gobierno de Arias Navarro colgarlo en la Puerta del Sol. Pero él no lo hizo. Nadie lo hizo. Y mi abuela hacía como que no le oía. O a veces exclamaba:

—¡Jesús!

—Oh, don Eduardo, qué cosas tiene usted, decían sus contertulios entre asustados por si alguien les oía y divertidos porque alguien tenía el valor de decirlo.

Mi abuelo siempre nos hacía reir, incluso en su lecho de muerte gastaba bromas y la gente no podía aguantar la risa.

Pero también decía cosas serias. Por ejemplo a sus nietos, siempre nos decía: ¡emigrad, emigrad a una república centroeuropea!

Y cuando cumplí los 18 emigré. Pero volví. Aun sabiendo que este país no tiene arreglo.

El otro día, viendo Persépolis me acordé. Por la abuela de la protagonista y salvando las distancias.

Foto: desconozco el autor, está tomada de esta fabulosa serie publicada por iBytes: Madrid me mata. Un rápido paseo por la historia de Madrid en imágenes desde al año 1907 a 1969.

2 comentarios

  1. «Mi abuela era de misa diaria, mi abuelo anti-clerical. Pero estaban enamorados, incluso de viejos seguían enamorados. Murieron enamorados….» QUE FRASE…!!!
    Los abuelos son figuras centrales en la vida de los niños y la prueba es la forma en que aquí los evocas maravillosamente, y además lo compartes con tus seguidores…
    Sobre el país sin remedio comparto tu sentir y además lo extiendo aún más, pensando que toda la herencia hispana en nuestros países de América, pues igualmente quedamos atados a esas antiguas tradiciones que impiden vivir más razonablemente y menos sensitivamente como ha sido siempre…
    EMIGRAR, esa idea de abandonar el lugar de origen para establecerse en otro, ha sido la historia de la humanidad y aunque la migración se reinventa cada distinta época, de una u otra forma somos muchos los hijos/nietos de esos emigrantes de espíritu aventurero (aunque algunos emigran por necesidad y no por gusto) y el mundo se va tornando la patria universal…
    Un abrazo desde México y gracias por compartir!
    @anaschwarz

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  2. Hola Ana, muchas gracias por tu comentario. Qué bonito es el amor!! y qué maravilloso cuando se da entre personas tan diferentes, prevaleciendo siempre el respeto y la mutua admiración.

    Totalmente de acuerdo contigo en que los abuelos son un referente y en todo lo demás.

    Emigrar es la historia de la humanidad y de otras muchas especies. Un tema que da mucho de sí y sobre el que inevitablemente volveremos. ¡Saludos!

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